Un día, en el parque, un grupo de amigos estaba jugando con una pelota. Uno de ellos le dio muy fuerte a la pelota tanto que llegó a volar y acabó en un tejado de una casa, por suerte sabían que la casa era de un amigo suyo que les devolvió el dinero.Al volver al parque escuchó a dos personas hablando de un lugar muy misterioso que no era muy pero que muy visitado, casi nadie había ido y los que habían ido no volvieron nunca.Cuando se
puso de noche, el niño que había escuchado eso se fue a su casa y estuvo pensando en qué podía haber ahí, así que decidió ir a ese lugar al día siguiente.Al día siguiente, por la mañana, el niño se fue hacia ese lugar, tenía un poco de miedo porque ese lugar no lo había visitado casi nadie, y quienes habían ido, no volvieron nunca, eso le resultaba raro porque no era normal que alguien no volviera. Al llegar, vio una casa muy pero que muy
destrozada, no había visto nuca tal destrozada. Vio una puerta, la abrió y nada más agarrar el pomo se cayó la puerta y dentro de la casa había un montón de polvo y de cosas destrozadas, esto es lo que había: una lámpara, una escoba partida por la mitad, un jarrón que no parecía muy antiguo, un macetero que tenía una parte rota… También vio unas escaleras por las que subió para ver qué había en el piso de arriba. Al subir, las escaleras hacían un montón de ruido y cada escalón hacía un ruido diferente, cada vez al niño le entraba más miedo. Cuando había llegado al siguiente piso, vio una habitación y entró en ella. Al ver lo que había en el cuarto gritó como si no hubiera un mañana porque había FANTASMAS Y ESPÍRITUS.Salió corriendo a su casa lo más rápido posible porque no quería que le cogieran. Volvió sano y salvo y se metió en su cuarto, atemorizado. Al día
siguiente volvió a la casa terrorífica y por el camino se cruzó con murciélagos y volvió hacia atrás porque tenía ya bastante miedo dentro de sí mismo por lo de los fantasmas y espíritus, volvió a la casa pero más lento porque ya se había encontrado con murciélagos, fantasmas y espíritus. Al llegar a la casa se encontró con dos cruces al lado de la puerta, al subir por las escaleras hacían un ruido muy diferente, sonaban a huesos partiéndose, entró en el cuarto y se encontró un ataúd, lo abrió y salieron un montón de murciélagos. Cuando salieron todos, salió de repente Drácula,
el niño salió de la casa escuchando voces y siguiéndole los espíritus. Llegó a casa y no volvió allí nunca más.
AUTOR: Andrés Vidal Romero
Comentarios
Publicar un comentario