En el castillo del conde Drácula,un chico que no tenía donde descansar por la noche, tocó las puertas del castillo y se abrieron solas. El chico se quedó pálido cuando escuchó el ruido de las puertas, dijo: ¡¡¡Hola!!! ¿hay alguien ahí?. Entró y de repente se cerraron las puertas y se quedó todo a oscuras. En ese momento se le ocurrió encender una cerilla, vio un candelabro y lo encendió. Vio un salón enorme con escaleras, subió y vio una habitación con una cama, decidió acostarse en la cama y dejó el candelabro encendido porque tenía miedo. Se durmió y oyó un ruido que lo despertó y vio el candelabro apagado, lo volvió a encender y cuando lo encendió vio una gran sombra que iba a por él y en ese momento se despertó. Se puso la mano en la cabeza mientras decía: ufff qué miedo he pasado, y cuando miró al retrovisor interior vio que estaba Drácula detrás de él y le mordió.
AUTOR: Francisco Maqueda Navarro
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