Ir al contenido principal

Cuentos de Navidad

En los próximos días iré colgando los cuentos creados por los niñ@s de 3º B con motivo de la fiesta de Navidad. Esta vez no hay elegidos, todos tendrán su oportunidad.

EL RATÓN PÉREZ
Érase una vez un ratón que recogía dientes y dejaba una moneda o un billete. Un día el ratón fue capturado por Quiriquiket. El ratón estuvo con Ana una niña muy buena que al final lo salvó de Quiriquiket.
El malvado Quirt fue cancelado, perdón encarcelado, y el pequeño Pérez fue, por fin, feliz.

Autor/a: Eva Mª Tarazona Serrano




EL árbol de Navidad blanco


Érase una vez un niño que se llamaba Óscar y le gustaba mucho la Navidad. Un día su padre fue a comprar un árbol de Navidad, pero no había verdes, entonces vio uno blanco y lo compró. Llegó el padre a su casa y le dice a Óscar , he comprado árbol pero hay una sorpresa ¡Es blanco!
Se sorprendió mucho y lo que más le gustaba de la Navidad era poner el árbol de Navidad.


Autor/a: Jose Munuera Campillo

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Árbol de los deseos

Había una vez un bosque, pero éste no era un bosque corriente, era el bosque de los deseos. En él los niños dejaban colgados sus deseos. Uno por aquí, otro por allá. Un día el hada de los sueños decidió que si todos los niños se reunían y utilizaban la fuerza de sus corazones les concedería el deseo. Así, todos se reunieron para decidir cuál sería el deseo elegido, aquel que todos solicitarían de forma unánime. Después de muchas horas decidieron que su mente se concentraría en pedir… Cuelga tu deseo en forma de comentario para que podamos averiguar si fue el elegido.

Comienza la cuenta atrás 3...

Foto: Paula Serrano Las plantas han ralentizado su crecimiento, debe ser el tiempo… Veremos hasta dónde llegan. La cuenta atrás de nuestras fotos ha comenzado… ;)))))))))))))))))))

Completamos un cuento

Cuentan las antiguas leyendas indias que los conejos tenían un rabo muy largo. Había uno de ellos al que le encantaba madrugar. Cada día se levantaba el primero y corría por el camino hasta el valle. Siempre llegaba antes que el Sol, pero al Sol esto no le hacía ninguna gracia. Un día…(inventamos el nudo de esta historia) Al final, ganó el Sol la apuesta y desde entonces los conejos tienen ese rabito tan corto y peludo.