Un día un lápiz llamado Cristian se fue de viaje a un colegio, cuando llegó estaba cansado y se fue a la sala de profesores a beber agua y a sentarse un poco en un silla. Más tarde se fue al almacén a coger una colchoneta para saltar unos minutos, más tarde quería coger algo de comida y se fue a la sala de profesores y se cogió una bolsa de patatas. Cuando salió se dio cuenta de que era de noche y no veía nada. Fue al almacén de una seño que sí tenía una linterna, la encendió y se fue a ver una por una las clases, la primera decidió irse a la de sexto A y ver algunos exámenes, después le apetecía irse a la clase de primero. Cuando entró a la clase vio que en la pizarra había sumas y como no sabía fue viéndolas y en unos minutos ya sabía hacerlas. Ya para terminar se fue a la clase de cuarto A, subiendo las escaleras estaba pensando que tampoco sabía hacer fracciones, cuando entró por la puerta vio que en la pizarra había fracciones y dijo ”Guay qué suerte, así aprendo”. Pasaron otros minutos, ya sabía y salió de la clase. Y cuando ya estaba en la clase se cayó en una alcantarilla y ya no hemos sabido nada de él.
AUTORA: Leire Sánchez
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