La posada tenía un aspecto misterioso. Me acerqué y llamé a la puerta. Entonces… una maga usó sus poderes mágicos para traerme a su casa a cenar. Luego me enseñó sus mundos maravillosos. El mundo de las matemáticas, el mundo de los animales que hablan, el mundo de los deberes, el mundo del ejercicio y el mundo de las fiestas. Luego me invitó a dormir. A la mañana siguiente me llevó en su escoba mágica a mi casa y algún día volveré. Pablo Romero 3º B